Diferentes politólogos comentaristas de la realidad de nuestra ciudad, autores incluso de muchos artículos periodísticos coinciden que la política nuestra de los últimos cuarenta años navega de mano en mano en muy pocos “personajes” que hacen y deshacen a “piache re”.
Antes de 1983 comenzaban los pasos del Scelzismo y desde ahí a la fecha con mucha o con poca intervención goza de buena salud.
Hoy dos perfiles unidos con la misma metodología. El Lauritismo con menor tiempo en la cancha no lo es en importancia.
José Eduardo desde su surgimiento ha estado más activo, con dos intendencias en la mochila, una de vicegobernador, una de diputado nacional y hoy en un cargo de alta magnitud, como lo es la presidencia de CARU, espacio que despierta la codicia de cuanto político se mueve en la provincia, en virtud de sus remuneraciones salariales en pesos verdes.
La prueba se vislumbra al respecto que varios opositores recostados a Frigerio están pensando, no en candidaturas sino en lugares de CTM y CARU.
Volviendo a las dos corrientes políticas que hacíamos mención al principio, por nominarlas de alguna manera, han marcado la historia política de nuestra patria chica, desde el reinicio de la democracia allá por 1983.
En todo ese devenir es importante destacar otras visiones como lo fue el caso puntual del Dr. Hugo Domingo Baldoni, con su agrupación inicial “la 26”, supo enfrentar al scelzismo en pleno apogeo en dos oportunidades y hasta tres.
Baldoni pierde en su primera intención y triunfa en la segunda que lo impone luego de la interna como intendente de nuestra ciudad y luego en una tercera intención es derrotado por Enrique Bermudez que con algo del scelzismo y mucho apoyo del empleado municipal también llega a ocupar el sillón del centro cívico.
Hasta entonces Lauritto no existía a nivel político. Trascendía su figura como hombre de la justicia federal más bien volcado a su pasión futbolera.
Tentado por muchos militantes peronistas locales y otros provinciales, inicia una nueva carrera en dichas filas, que producto de la reforma de la carta orgánica del P.J.se postula, gana como se dice ” interna en la general” y trasciende desde su primera gestión de intendente.
Gana Lauritto por un margen abrumador de votos, ya con apoyo de dicha reforma y el voto independiente.
Y desde aquí la historia vuelve a repetirse: Lauritto/ Scelzi, Scelzi /Lauritto.
Lucha y desencuentros como otro tanto “consensuar”, se fueron dando alrededor de “roscas ” con algunos monjes negros que eran y son incondicionales a las dos canastas.
Hoy creemos que ha llegado el momento del cambio.
Radio pasillo murmura, “nadie se juega, nadie pone lo que hay que poner ” y de una vez por todas enfrenta tanto a uno como el otro.
Hay que ponerle fin o aceptar que el pueblo que muchas veces también se equivoca, decida y defina este mano a mano o este manoseo se ambas partes que sus aspiraciones no han dejado lugar a la juventud.
Se han formado muchas escuelas en nuestra ciudad, pero nunca de dirigentes.
Los popes han negado esa posibilidad a varias generaciones que hoy están abrazando las cuatro décadas de vida, algunos más y con pocas posibilidades de “crecer”.
Pero en nuestra ciudad no existe “el muro de los lamentos”.
Ha llegado el momento de ponerle el pecho a las balas y competir. Luchar para triunfar y trabajar en la lucha que exige la militancia comprometiéndose desde distintas esferas con la sociedad.
No se muere en el intento, se logra experiencia y se corrige sobre los errores cometidos.
Como la pared, se crece desde el pie y se aprende con la diaria y los pies puestos en el barro.
En política nadir hace filantropía ni regala nada.
Se gana o se pierde pero hay que competir. El político solo deja de competir cuando lo alcanza la muerte y ahí encontrarás que tus adversarios dirán y reconocerán tus valores, pero solo porque ya dejaras de hacerlo, pero obvio ese reconocer llegara tarde.
Fdo. Juntos Somos Más