Evelyn Viganoni y Aldo Montañana recorren el nuevo asentamiento para verificar como viven

Son las doce del mediodía, un día de mucho calor, los concejales llegan de improvistos a visitar este nuevo grupo habitacional ubicado entre las Calles Balbin, Granillo Ocampo y 12 de Octubre, la  desolación del lugar, sumado a los rayos del sol ya denotan las limitaciones que acarrean estas personas y niños que viven allí.

Unos de los primeros temas que salta en la conversación es la falta de servicios que tienen, imaginasen  ustedes qué difícil es vivir sin agua, sin luz, la provisión es irregular.

Le explican los vecinos a los concejales cual su situación actual, les muestran la documentación pertinentes de los terrenos, le explican a los concejales que el tema esta judicializado, pero les piden por favor a los ediles que les garanticen que los niños, vivan con los servicios mínimos, ustedes pueden sentir como aprieta el calor y nosotros sin agua.

Es una situación inhumana.

Los vecinos le reiteran en varias oportunidades a los concejales Viganoni y Montaña si la Justicia les falla en contra que ese mismo día les corten a todos los servicios, mientras tanto que lo dejen vivir como seres humanos, los chanchos viven mejor que nosotros hasta ellos tienen dignidad para vivir.

Nosotros no queremos que nos regalen todo, queremos pagar el usufructo de los servicios.

Vaya que es un hecho histórico en esta gestión que dos concejales pertenecientes a bancadas opositoras, den la cara, escuchen y se comprometan por la salud del otro.

Los concejales se comprometen a interiorizarse del tema y provocar todas las acciones que procedan para devolverles a los vecinos la falta de dignidad que tienen, dejando aclarado que ellos son minorías pero están comprometidos a luchar por sus derechos.

La pregunta que sobrevuela es si la justicia se va comprometer a luchar por seres humanos con dignidad y respeto y que todos podamos observar que no hay una Justicia para ricos y otra para pobres.

Cierto es que pasaron muchos meses donde nadie se comprometía, dejando librado a este grupo de 49 familias a vivir en la indignidad absoluta, por suerte los ediles que seguramente deben tener hijos y familiares a comprometerse no de palabras si no de hecho, por suerte dos concejales se animaron a enfrentar un desafío incierto, esperemos que los otros 11 asuman su rol y le devuelvan al pueblo la seguridad para lo que fueron elegidos.

Juan Carlos Botta – El Disparador Uruguay

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