Si no fuera por las becas, o mejor dicho por los becados la administración comunal concepcionera, sería la mejor de la provincia; con algunos casos puntuales que existen y están a la vista de todos y todas, como lo están en todas las comunas entrerrianas
Nos arriesgaríamos a decir sin temor a equivocarnos, superior en mucho poder de gestión y acción, que la de su antecesor.
Es de suponer que a la diestra del funcionario de los dos millones aprendió los vericuetos de gestionar, administrar, consultar, dirigir, ordenar con personalidad moderación propia.
En muchas actitudes, aun no corto el cordón umbilical lauritiano, pero en otro si, que le generaron buenos resultados y ponderaciones.
Lo que sí, no supo lastrar administrativamente son los becados, que hoy con figuras legales apropiadas, están al límite de las incompatibilidades.
Muchos desde el confort de sus hogares, con casi dos años de pandemia, cobran por derecha jubilaciones en virtud a los entes en los que supieron desarrollar su vida activa y hoy le suman, diríamos un “contratito” como para comprarle ” chocolate al nieto.
Tal es así que en la ristra de nombres “becados” nos encontramos con ex docentes entrerrianos, ex policías también de entre ríos, ex militares, muchos ex municipales, otro tanto privados y muy pocos mascarones sueltos.
Estos “personajes” amantes históricos de las becas, que son mantenidos en esa situación por el lord mayor y económicamente hablando por todos nosotros los ciudadanos uruguayense.
Martin, no es que no se animó desde un comienzo, sino seguramente no ha querido generar rispideces políticas de arranque y hoy le cuesta mucho más que hace dos años.
Todos estos becados y becadas, en algunos casos con hasta seis remuneraciones, se lucen en la ciudad como “fenomenales” por qué son y fueron chóferes laderos, buhoneros pagos, consultores ineptos, profesores y profesoras que encima tienen el tupé de criticar a la gestión actual.
Eso sí, pocas veces se los ve haciendo cola en los cajeros automáticos por miedo a que alguno los reconozca y le “salte a la yugular”.
En fin sino fuera por la herencia becaria que viene de la gestión anterior, como decíamos con más tristeza que vergüenza, hoy esta gestión estaría para el podio.
Becados que si analizamos las circunstancias políticas que se vienen dando a conocer, estarán apretando los dientes para que el eterno funcionario de los dos millones, agarre la posta de Oliva y ellos cuatro años felices y contentos con la beca asegurada.
No son tantos pero no son pocos, pueden estar gozando de la beca desde hace más de diez años, algunos y algunas caminan los pasillos de la comuna para hacerse ver que contra prestan servicios y los más no existen.
Solo cobran.
Pregunta flotante: No será en estos nuevos cambios que a decir de Martin se avecinan, que se den de baja.
Esperemos.
Juan Carlos Botta – El Disparador Uruguay