Decir un mundo es quedarnos cortos, un predio inundado de gente, que aprovecho el día, la noche el feriado del carnaval, el estado de animo de todos a concurrir esperar cien, doscientos metro de colas de ambos lados algo inusual en la ciudad.
La movida joven mostro que están organizados y que solo esperan la oportunidad para dirigir la ciudad.
Lo real y concreto que no fue una fiesta para la familia, el mundo de gente que asistió impidió que niños, adultos mayores e otros pudieran asistir, el caminar chocándose, escuchar a los que conducían la Fiesta expresar ayuden a encontrar a los padres de un nene de dos años, marca que si te desentendías un segundo podía perder a tu hijo, como ocurrió en varias oportunidades.
El caminar y chocarse constantemente con colas larguísimas para adquirir una cerveza o tan solo algo para comer, o simplemente visitar a los artesanos, hacían difícil la circulación, un mundo inesperado de personas ávidas de salir después de tanta lluvia, mostrar otra cara de Concepción del Uruguay.
Una actividad que vaya si ha crecido, va creciendo y sobre todo mostrando otra faceta de la histórica, ahora habrá que pensar un lugar para poner en valor esta actividad, otra cuestión todos los bares de la ciudad trabajaron ese es otro muy buen impulso.
Juan Carlos Botta – El Disparador Uruguay