Si dijéramos que una importante cantidad de las veredas de nuestra ciudad están rotas, deterioradas o ni siquiera están hechas, estaríamos emitiendo una opinión un tanto vaga y probablemente subjetiva. Ahora si caminamos diez cuadras, por cualquier zona que elijamos o que habitualmente transitemos a pie y cuantificamos las sanas y las rotas, quizá nos arrimemos a un concepto un poco más objetivo. Hagamos la prueba sin tropezar en el intento.
Las veredas, como si fuera espacio de nadie, tal vez por ser el punto en “común” entre lo público y lo privado. Público, por estar fuera de la línea municipal siendo de uso público, privado, por ser el propietario el responsable en ejecutar y reparar las aceras correspondientes a su predio.
De acuerdo a lo establecido en el código de edificación de Concepción del Uruguay, “todo propietario de terreno baldío o edificado con frente a la vía pública, está obligado a construir y conservar en su frente la acera (vereda)”.
Así mismo establece: “Aunque una acera esté deteriorada y fuera de uso, su propietario está obligado a su reparación y sustitución:
– Cuando por el uso han perdido sus características antideslizantes.
– Cuando la falta de uniformidad sea ostensible por cambios parciales de mosaicos.
– Cuando presenten salientes o escalones que signifiquen riesgos al peatón.
– Cuando no exista uniformidad de pendientes y/o los mosaicos se han levantados o aflojados cualquiera sea la causa”.
Ahora bien, con obligaciones y responsabilidades, de parte de los propietarios, tan claras y establecidas, resaltando que la “puesta en valor” de este inestimable espacio público no requiere de las arcas municipales, sería oportuno solicitar: que el poder ejecutivo municipal tome la decisión política de abordar la problemática y desde las áreas técnicas se desarrolle un programa que permita la recuperación de veredas, para que cumplan con su finalidad. Entre otras cosas, que al menos permitan transitarlas. Simple.
Las herramientas reglamentarias están vigentes, solo hace falta hacer cumplir los artículos del código de edificación y arrancar con otro buen paso, en el camino de tener una Concepción más inclusiva e integrada.
Rubén Darío Delsart