La oposición borracha de odio, con el alegato en manos del fiscal, que solicitaba 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos, se sintió poderosa y ya se sentían gobierno 2023.
Lo que no analizaron y no percataron, que despertaron a la bestia y por toda respuesta salió al unísono a recuperar esas calles que siempre fueron peronistas, que no más de veinte damas ” selectas y recogidas”, patricias del barrio de Recoleta, cacerolas en manos y megáfonos golpeteaba y vociferaba en contra de la Vice Presidenta.
Nada mejor le pudo pasar al movimiento peronista/kisnerista que estos energúmenos salieran a las calles como lo tenían como movida habitué.
Nunca imaginaron que espontáneamente en menos de lo que canta un gallo, sin colectivos ni choripanes como suelen decir, el pueblo salió en defensa de Cristina, copo las calles, se concentró en las arterias que circundan su casa habitacional y al son de la marcha partidaria, bombos, cánticos y flamear de banderas salió a defender a su líder.
El pueblo peronista inesperadamente se pintó la cara, bailo, salto, y grito para que se escuche a lo largo y ancho de la patria que “no jodan con Cristina”.
Los que se dicen ” republicanos” tuvieron que guardarse, esconder las bolsas negras mortuorias, la guillotina, los megáfonos y saborear ese odio que los embarga desde sus domicilios, y ver por la tele que el pueblo peronista abrumadoramente con amor sin odios ni rencores ponía alma corazón y vida por Cristina.
Así se sucedieron largos días. Ni el viento ni el frío ni la lluvia evito la presencia de tantos y tantos simpatizantes, llegados desde todas las latitudes de la república, para salir en defensa de Cristina y ensayar en forma permanente y constante la vigilia partidaria.
A todo esto y en uno de los recibimientos que hacía la muchedumbre peronista para con Cristina, aparece entremezclado un lobo solitario, con arma en mano que gatilla por dos veces consecutivas la misma que afortunadamente por esas cosas del destino no logra su objetivo. Un agresor que hasta estas últimas horas se muestra como un sicario solitario, o bien responde a una organización que está detrás con la intención de eliminar de la vida política a Cristina.
Felizmente el disparo no salió y hoy estamos hablando con un final feliz que de lograrlo hubiera llevado al país a una “guerra civil ” con un final incierto para el pueblo argentino.
Con todo lo vivido sobre base de los hechos muchas fueron las voces que se dieron el lujo de opinar. Hasta supimos escuchar de todo un escenario armado por el propio peronismo.
Criticas a favor y en contra por el viernes feriado decretado por la Presidencia de la Nación.
No faltaron periodistas que se expresaran con versiones inverosímiles como también algunos mezquinos que ni siquiera condenaran el acto homicida.
Entre estos odiado res /odiado ras cereales encontramos a la presidente del PRO, Patricia Bullrich, que con sus opiniones y su negativa a reconocer semejante acontecimiento, SE SUICIDÓ.
DESCAMISADO CARA PINTADA
