Se callaron los soberbios y hablaron las urnas.
Ya los padres no fueron quienes encaminaron a votar a sus hijos por este o aquel. Fueron los hijos que indujeron a los padres.
No quisieron dar la cara y el soberano los castigos.
Campañas huecas en contenido, slogan repetidos, obras muertas y abandonaron al pueblo.
Desconocidos candidatos fueron y se convirtieron en la vedette de este domingo.
Un fenómeno que arrasó desde las urbes más importantes hasta los pueblos más desconocidos del país. Los libertarios con un león a la cabeza cuando nadie lo pensó y nadie apostaba a sus discursivas dio el batacazo.
Si comparamos a la figura del ganador del peronismo, con historia, trayectoria y dos gestiones en su mochila; podemos decir que no fue un auténtico ganador sino un candidato mejor votado y punto.
Aporto su historial, su aparato, 190 autos, más de 80 bases, estructura, bunker, experiencia, leyenda y un grupo humano con tanta y más trayectoria que él.
Sumo una gestión del actual intendente que le sumo modernismo y belleza a la ciudad y personalmente fue el senador más y mejor votado de la provincia.
Los peronistas triunfaron con sabor amargo. Revirtieron la última del 2021 en virtud a la gestión Oliva que ha hecho de una ciudad “chata ” a una ciudad bella.
Y se vio y se reflejó en las urnas.
El viejo Uruguay peronista cumplió. Volvió al triunfo como entonces.
No se sabe si alcanzará para sumar al triunfo de Bhal en la provincia, pero reivindico aquello que los días más felices fueron peronistas.
El Observador – Eldisparadoruruguay.com.ar.
