Raúl Alfonsín, Carlos Menen, Fernando De La Rúa, Néstor Kirchner, Cristina Fernández.
Qué extraña casualidad que ninguno de los herederos allá conseguido enquistarse en los votos de los progenitores.
Nadie recurre a estas circunstancias, todos quieren aferrarse al poder no al mejor, es mejor pensar en el hijo de … que en las cualidades de otros.
Está claro que la sociedad adquiere un contrato por determinado tiempo, que los apellidos no aseguran triunfos ni continuidad, si tal vez poder, reafirmarse económicamente o tener un poder coyuntural.
No juzgamos si los herederos merecen que le den una oportunidad, solo que hay un contrato social que es por un tiempo y no para siempre.
Hoy la Argentina está en una de esas situaciones, se juega entre el mal conocido o el mal peor o apostar a un desconocido que no sabemos dónde nos llevara, pero siempre la estrategia parece la misma aun perdiendo conservar algo de poder.
Si gana Patricia Bulrich vuelve Mauricio Macri, si gana Sergio Massa vuelve Cristina, si gana Javier Milei por ahí tenemos la posibilidad de voltearlo a los dos meses, es indudable que los muchachos y muchachas son prácticos siempre apostando al poder aun perdiendo, Nunca pensando ayudemos entre todos a sacar el País adelante.
Juan Carlos Botta – Eldisparadoruruguay.com.ar.