Aunque poco trascienda y casi ni siquiera se comente, se perfilan en el municipio, entre otros, un riguroso cambio en el control del personal.
Con una planta permanente y un grueso número de contratados, numéricamente hablando muy importantes, existe un porcentaje que no lo vamos a tildar de “holgazanes “, sino de favorecidos.
Como expresa el refranero criollo, “la culpa no la tiene el chancho”…..
Esto el intendente electo lo sabe y lo maneja, a tal punto que está interesado en llamar a concurso de antecedentes para cubrir la jefatura del sector.
No es novedad saber que existen obreros y empleados que trabajan y quienes no, que van a sus lugares y quienes no, que firman la planillas y desaparecen y quienes no, que les firman las asistencias y quienes no, que tienen trabajos particulares en los mismos horarios y quienes no, y así un tercio cumple con las normas y el resto ni siquiera aparece.
De todo este grueso número están obvio, los favorecidos y los regalones.
Los hijos y los entrenados.
Esta marea humana de personal, hace uso y abuso de asistir o no, en virtud que no está controlada y asimismo los jefes y encargados de sector, contribuyen en concurrir no en todos los casos, a la oficina de personal con las planillas de asistencia perfecta.
Todo esto que estamos narrando no es nuevo y el intendente electo lo sabe al detalle y en tal sentido ya pensó en encontrar una nueva dinámica para el sector que se encarga del control del personal.
Para eso, se llamaría para cubrir o reemplazar dicha jefatura, a un concurso de antecedentes.
Las quejas de quienes obligados por métodos de registro de asistencia más modernos que otros, se hace sentir para con aquellos lugares que fuera del Centro Cívico y con anuencia de los sus responsables, hacen y deshacen a gusto, porque nadie los controla.
La idea no es más que otra que salir del escritorio y visitar los territorios, como está cansado de expresar “el líder”.
No será como agrega “perseguir a nadie”, sino controlar y obligar a cumplir.
Sabe repetir que cuando van en busca de trabajo están dispuesto a todo, pero al poco tiempo se olvidan de los motivos que lo llevaron a solicitar el mismo, y ante la falta de control incumplen con los requisitos que un obrero y un empleado debe respetar.
Todos dentro del organismo municipal saben quién es quién.
Quien ni siquiera va a trabajar porque sabe que nadie lo controla; motivo por el cual, en la plataforma que se viene, está más que marcada, la de implementar un control de mayor rigidez, pero para ello se necesita un jefe de RRHH con antecedentes y experiencia, que camine las oficinas y talleres, sectores y lugares de trabajo para un mejor desempeño.
Que lo haga obvio esta, ya no en horarios de oficina sino durante todo el desarrollo de trabajo que demanda el servicio municipal.
La comunidad estará ansiosa en aquello que dijo el intendente electo en la reunión de ATPADIS, respecto a cumplimiento del deber de todos empleados y obrero del municipio.
Fdo. BIENVENIDO BELTRAL E.
