Te quejabas de Cristina, la trataste de yegua, corrupta y ladrona.
Te quejabas de la Campora, dijiste que eran choriplaneros, delincuentes y prepotentes.
Te quejabas que no podías comprar dólares.
Te quejabas de Alberto Fernández, dijiste que era un boludo importante, tibio, ineficaz y puesto a dedo.
Te quejabas de la inflación y gritabas cacerola en mano que los precios aumentaban.
Te quejabas por todo y te dabas manija escuchando y mirando las reflexiones de la Nación+ en la vos de Viale, Rizzo, Antonio Lage y todos los canales a excepción de C5N.
Te quejabas y te quejabas por la vida que llevabas y solo te servía para envenenarte, llenarte de odio, cargar la mochila del anti K y todo este andamiaje te llevo a votar en contra de tus ideales y tus principios.
Cuando fuiste a votar no te quejabas y plena de soberbia y ganadora, apostaste el cambio.
Cuando escuchaste el 22 de octubre los resultados del balotaje, saliste bandera argentina en manos a festejar que se terminaba el peronismo y llegaba un iluminado celestial a brindarte la felicidad que estabas esperando. Te sentiste reina en un país de ladrones y ya no decías más que tu idea era irte al extranjero donde se vive mejor.
Hoy, a sólo treinta días del acontecimiento que te devolvió la cara de feliz cumpleaños, no sabes que decir. Ya no te quejas por que tienes vergüenza y solo decís “hay que esperar; y mientras estás en esta dulce espera te empezaste a comer el DNU que te está matando.
Fuiste a la carnicería y miraste el asado y añoraste los días felices del peronismo y de Cristina. Quisiste comprar como de costumbre medio kilo de queso y solo te alcanzo para 100 grs.
Fuiste a poner combustible y te dio un infarto. Ya la vuelta de los domingos por la ciudad termo y mate en mano paso a hacer un lujo para pocos.
Con el aumento de la nafta sabrás prontamente que todo volverá a aumentar y vas a estar más lejos de tus pequeños vicios.
Pero, ya no te escucho quejarte. Estas arrepentida de tu voto esperanza pero ya es tarde. Votaste con odio y hoy tienes las consecuencias. Pensaste que la motosierra te llegaba el año feliz y en tan solo treinta días estás caminando sobre tu propio resentimiento porque con tu sueldo y o tu jubilación no alcanzarás a comprar los medicamentos.
Hoy no te escucho quejarte, tampoco soñar como decías con el generoso cambio, pero estas arrepentidas aunque no lo manifiestes.
Estuviste y te sentiste espléndida cuando escuchabas a Milei que te contaba que terminaría con la casta. Lo que no sabías por qué no te lo dijo, que la casta eras vos.
Jugaste y perdiste.
Para la próxima grávate lo que heredaste de tus antecesores y despreciaste:
LOS DIAS MAS FELICES FUERON Y SERAN PERONISTAS.