Obvio sigo cobrando porque si en cargo con el que me honro la gestión anterior hubiese sido ad honorem, sería el primero en levantar las banderas de la identidad política presentando la renuncia y obvio, dándola a conocer como un acto de grandeza e idoneidad partidaria.
Muchos y muchas que fueron nombradas y o nombrados al frente de estructuras y u organismos dependiendo de la nación, están escondidos en sus cargos y como dice el refrán “sin levantar la perfil “, para no ser detectados.
No interesa la “camiseta ” ni el sentimiento peronista, mientras no soy nominado a renunciar, sigo y paso por el cajero.
Algunos cuando escuchan estos conceptos y también los leen, miran para otro lado y se hacen los desentendidos.
La dignidad partidaria no existe para algunos; se creen que quedaron en esos espacios porque son imprescindibles y solo demuestran el interés por la tarasca, y esperan el momento que los “echen” para sentirse víctimas políticos.
Poderoso caballero es Don Dinero.