Disculpen el “linotipos” se confundió, Ud. está llegando a PLAYA PELAY.
Lo que pasa es que sin haber estado en el año 1945 en la ciudad de Hiroshima, después que los yanquis tiraran la bomba atómica, pero si haber y haber visto en el estado en que había quedado aquella ciudad de Japón, y haber estado en Banco Pelay este fin de semana, todo se asemeja.
No podemos culpar a Lauritto que solo lleva algo más de tres meses de gestión, tampoco toda la culpa a las inclemencias del Río Uruguay; ya que cuando el repunte fue más allá de lo normal, Banco Pelay no lucia como entonces.
Llevamos más de cuatro gestiones que poco importó a quienes estuvieron al frente del ejecutivo municipal. Desde que se inauguró Pasó Vera y luego la Isla, empezó en “caída libre”.
Solo fueron “parches” y algo de cal como para blanquear parrilleros y otros.
Se limpiaba un poco, se cortaba el pasto y solo interesaba cobrar el ingreso.
Nunca se pensó en volver a recuperar para la ciudad y el turismo su sombra y su playa.
Se refulo arena para darle un aspecto mejorado pero nada más.
Aquel paraje que dejó inaugurado el Intendentes Juan Carlos Godoy con su secretaria de Turismo Arquitecta Kika Bonus nunca más.
Ni siquiera se pensó en recuperarla para darle trabajo a miles de personas bañeros, más administrativos, más sanitarios y otros tantos eran mucho más de miles.
Hoy Lauritto tiene las ruinas en sus manos.
Hoy poner en valor desde la playa, parque, calles, oficinas, pañol, paradas, luminarias, y todo lo que está destruido llevará tiempo, ideas, mano de obra y mucho dinero.
La oficina de recepción, en la rotonda de ingreso que distribuye el recorrido hacia el norte para el camping de Luz y Fuerza y hacia el sur hacia la Toma de Agua, ha quedado como testigo de lo que era y fue en otros tiempos, al igual que en aquella ciudad “la Cúpula de Gen Bakú”, lo único que terminó en pie.
Si se encierra en querer hacer las cosas por su cuenta y sin consenso no logrará nada; seguirá con parches y arreglos de medio pelo. Eso si ahora dispone de tres asesores.
La sociedad de nuestra ciudad le exige, no paños fríos sino ideas renovadoras y contundentes.
Hoy Lauritto tiene que convocar a propios y extraños para sacar adelante y recuperar Banco Pelay.
Tal vez tercer izarlo y encontrar la mejor solución.