Esta leyenda impresa en los vehículos propiedad del estado, en muchos casos parece ser una antigüedad, que de pronto se ha dejado de usar.
No solo eso sino que tampoco se colocan ” los logos” y o escudos de la repartición a la cual pertenecen.
Esto se ve a diario y de todos los entes oficiales; uno los identifica porque al conocer al chófer o a su conductor, sabe muy bien si es propiedad privada o de uso oficial exclusivo.
Al respecto poco preocupa a los superiores y menos a sus conductores autorizados.
Es frecuente y repetitivo que en muchos casos las unidades oficiales son utilizadas hasta por familiares y en tareas particulares.
No hace tanto pudimos ver un utilitario del municipio haciendo una mudanza para uno de sus empleados.
Otras, como este caso reciente que una camioneta era conducida por el hijo del juez, con el supuesto agravante que lo hacía en estado ebriedad.
Esto que comentamos pasa a diario y existen casos como el último de los nombrados que acumulaba multas por exceso de velocidad.
Como es obvio en los registros nunca va a figurar el infractor en persona, sino se librarán a nombre de la repartición a nombre de quien está registrado el dominio.
Estas multas no las paga nadie. LITERAL.
En este sentido es importante que las autoridades sean más cuidadosas del patrimonio vehicular de las reparticiones a las que pertenecen.
Creemos porque no hemos constatado y no solo nosotros sino toda la comunidad que vehículos oficiales no siempre terminada la jornada laboral, son depositados en sus respectivos garajes.
Quedan por lo general apostados en los domicilios privados de quienes los tienen a cargo o están autorizados a su manejo.
Por eso los fines de semana se ven familias enteras en lugares públicos haciendo uso y goce de estos vehículos; hasta que imprevistamente surge algún siniestro y es ahí cuando se complica la situación y quedan al descubierto estas prácticas de “abuso de confianza”.
Cualquier convecino que recorra la ciudad, podrá corroborar lo que estamos indicando, que no es nuevo ni de las gestiones actuales, sino de siempre.
Un ex funcionario de CARU llegaba en auto oficial a jugar al tenis, que tal pascual.
Con los últimos sucesos respecto al hijo de un juez local, debería tomarse nota y ejemplo y controlar más el parque automotor u obligar a quienes están autorizados a guardar estos vehículos en sus respectivos espacios oficiales.
– El Observador – Eldisparadoruruguay.com.ar.
