LA DIGNIDAD OBRERA

El próximo miércoles 1° de mayo se conmemorará un nuevo aniversario del “Día Internacional del Trabajo“o comúnmente denominado “Día del Trabajador”. Esto nos invita a reflexionar que el trabajo es sino el mayor acto de revelación del ser humano como característica de su existencia en la amplitud plena de la vida. Con el trabajo las personas procuran su auto subsistencia y, en principio, la de aquellos sobre quienes tienen responsabilidades parentales. Esto trae consigo una característica muy importante, la dignidad del ser humano explicada en relación al trabajo y los trabajadores.

Por Juan Martin Garay (*)

Desde el inicio mismo de la vida, casi por un instinto de supervivencia, el ser humano está llamado al trabajo. El alimento diario lo procurará por sus manos y no por las de otros. Esto lo distingue del resto de los seres vivos, en razón de que solamente las personas tienen la capacidad de trabajar. Eso conlleva un rasgo característico, el de la visibilidad central en el universo, porque sólo el ser humano da vida a las comunidades y sólo el mismo ser humano puede darles finalidad y también final a las mismas. Está así dotado de una centralidad y rol preponderante en medio de una comunidad.

Día Internacional del Trabajo o Día del Trabajador

Al 1° de mayo se lo conmemora en razón de la lucha de los llamados “Mártires de Chicago”, un hito histórico de acción reivindicativa por los derechos laborales y sociales de todos los trabajadores. En el plano local, producto de las conquistas sociales y laborales, con un tinte conmemorativo más patriótico y nacional, el Justicialismo impuso en sus albores que el 1° de mayo sea denominado la “Fiesta de los Trabajadores”.

En el año 1944, Perón, reivindicando al Papa León XIII (el gran Pontífice de la “cuestión social”), expresó que: “la lucha inútil, como toda lucha, no produce sino destrucción de valores”. Esto lo decía porque no creía que la solución de los problemas sociales estaba en seguir la lucha entre el capital y el trabajo.

Con Perón Presidente se festejarán los 1° de mayo bajo el manto de la paz, armonía y agradecimiento; he aquí sus palabras: “La defensa de los trabajadores se hace sólo por los trabajadores mismos. Que se fortalezcan nuestras organizaciones para que muchos 1° de mayo nos sorprendan en el grado de felicidad y dignidad que hoy disfrutamos. El día 1° de mayo, que recuerda la infamia más horrorosa de la historia del trabajo del mundo, nos brinda a nosotros, hombres justos, la oportunidad de mostrar la cara limpia de los hombres humildes frente al cielo límpido de la Patria, como una promesa de sacrificio eterno, para que esas injusticias cesen en el mundo y para que en nuestra tierra no permita Dios que jamás reine nuevamente la injusticia. Que cada Primero de Mayo sea para nosotros un altar levantado en cada corazón para revivir la memoria de los que murieron en defensa de los pueblos, esos héroes anónimos que nadie recuerda porque han sido abandonados en la lucha anónima de todos los días. Para ellos, nuestro reconocimiento; para ellos el mejor recuerdo de nuestro corazón de hombres de trabajo y de hombres buenos. No pasará en mi vida, probablemente, ningún Primero de mayo sin que yo dirija mi recuerdo a esa inolvidable mujer (Eva Perón), porque ella fue la amiga sincera y la defensora de los trabajadores en todas las horas de su vida, desde sus luchas en la Secretaria de Trabajo hasta el postrer momento de su vida, cuando ella, que tenía fe en mí y conocía mi vocación, murió diciéndome que no abandonase jamás a los trabajadores”.

El trabajo dignifica

Es dable mencionar que el Justicialismo adopta la postura de la Doctrina Social de la Iglesia Católica en materia del trabajo y de éste como ordenador social, por tal motivo entiende la necesidad de solucionar los problemas sociales mediante la colaboración de todos los sectores productivos. Algo olvidado parece ser en los últimos tiempos por la dirigencia nacional de mi partido y del Movimiento. Pues pareciera que proclaman algo que no comulgan (los hechos hablan por sí solos). Así las cosas en la actualidad y las consecuencias que enfrentamos.

El problema político de identidad que padecemos, hizo que la figura del trabajo y los trabajadores hayan sido corridos de las escena central del teatro operacional del ordenamiento social argentino. Esto ha sido tristemente motorizado por cierta dirigencia nacional de peso que, enrolados dentro del Justicialismo (tal vez para usufructuarlo y llegar al poder), hicieron todo lo posible para que ello ocurra (todo un contrasentido).

Para nosotros, gobernar era entendido siempre como la posibilidad cierta de promover la creación de trabajo y su organización obrera, no la de fomentar deliberadamente el asistencialismo organizado para quitar peso a los trabajadores en el concierto de las discusiones de país. Por alguna razón la Justicia Social fue nuestro gran baluarte. En las “20 verdades peronistas”, la 5ta. es que “el trabajo es un derecho, y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume”. En la 10ma. quedaba claro que “los dos brazos del peronismo son la justicia social y la ayuda social. Con ellos damos al pueblo un abrazo de justicia y amor”. Parece que ciertos muchachos y muchachas se saltearon algunas “bolillas del programa” para dar el final y aprobar como dirigentes peronistas. En fin, arriaron banderas difíciles de izar en el corto plazo.

Por la sencilla razón de que sólo fueron fomentándose paliativos constantes que destruyeron por completo la cultura del trabajo y la consolidación del núcleo básico de toda sociedad, me refiero a las familias y con ello toda posibilidad real de organizar la comunidad, queda claro que en la realidad actual claramente está trunca la resolución estructural de lo económico y así la solución profunda y real de lo laboral. Al menos en el corto o mediano plazo.

A la convicción que adquiere a la vez el carácter de fe, a la luz de la experiencia histórica, siendo la única verdad la realidad, tengamos presente siempre que el trabajo dignifica y la educación libera. Por eso, bienaventurados quienes tengan la posibilidad de llevar el pan a su mesa fruto del trabajo e irradiar con eso un ejemplo para sus hijos, pero fundamentalmente toda la fuerza y acompañamiento en este tiempo para que quienes no lo tienen pronto lo consigan.

Estamos ante un escenario complejo y complicado, lo que se viene por delante no es nada bueno. Claramente el pueblo trabajador no está para festejo alguno, al menos por ahora. A la dirigencia toda de mi partido y del movimiento nacional, de cualquier nivel, pero fundamentalmente quienes conducen o aspiran a conducirlo a nivel nacional, les recuerdo que el Justicialismo, con el sentido patriótico bajo la inspiración cristiana que legaran Eva y Perón, nada fue, nada es, ni será sin el Movimiento Obrero Organizado. A ese Movimiento los Justicialistas les debemos nuestra existencia y le deberemos también nuestra subsistencia. Recuperemos nuestras banderas y vayamos por la reconstrucción del tejido social de la mano del trabajo y los trabajadores. Seamos leales a nuestros orígenes para que el 1° de mayo vuelva a ser la “Fiesta de los Trabajadores”.

(*) Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente de Bloque Concejales PJ 2023-2027. Secretario de Gobierno Municipalidad de C. del Uruguay 2019-2023. Presidente de Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-

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