POPEYE, EL MARINO SOY

Te creíste que eras Popeye el famoso marino que daba vida,  las recordadas historietas.

Si te sentiste ese “gaviero” que surcaba los mares y los ríos y te dio el puntapié inicial y te compraste una embarcación, te llego la hora.

Cuantas tardes de sol y arena llegabas a Cambacua o Arroyo negro y amarrabas a la vista de todo, diciéndote el “Capitán Piluso” o el mismo Popeye el gran marino que andaba a bajar desde proa o popa a su bella “Olivia”.

Se achicaste en tu economía doméstica en un montón de cosas con tal de llegar a las playas ” montado” en una embarcación con un motor fuera de borda impresionante.

Pero no tuviste en cuenta que todos estos bienes, o lujos, que los lograste por tu trabajo; deben estar inscriptos en el registro de la propiedad y todo lo que concierne a tramites prefecturianos.

No tuviste en cuenta que como todo vehículo, como en este caso, para navegar también deben pagar ATER y todos los impuestos más allá del derecho de amarre, espejo de agua, cuota societaria del club, guardería entre otros impuestos y contribuciones.

Si te dio el “pine” para un barco con camarotes y algo más, competías y te quedabas muy cerca de la costa, mientras el ” eco zonda” te indicaba que estabas en la profundidad apta para catamarán.

Fue tal tu ego que llegabas a las arenas hasta con el perro y mientras vos “anclabas” tu familia bajaba los elementos para pasar el mejor de los días: heladeras sombrillas sillones parrilla etc etc.

Se detectó que el 41% de las embarcaciones no estaban inscriptas y presentaban irregularidades.

El margen de evasión era impresionante.

Recién se han inspeccionado 8 de las 56 guarderías náuticas de la provincia y han aparecido casi 1400 naves sin registrar.

Nuestra ciudad no debe ser la excepción.

Según comentarios el parque naviero local es uno de los más importantes de la provincia y son varias las guarderías náuticas que encierran en sus instalaciones infinidad de vehículos navieros, sin contar aquellas de gran porte que quedan ” fondeadas ” en el espejo de agua de los respectivos clubes.

No es que no lo sabías, sino que como no existía control, no te preocupabas.

Ahora la situación cambio: llegaron los inspectores de ATER y empezaron a censar y se encontraron que muchas embarcaciones de todo calibre y dimensión no estaban registradas y por ende no pagaban los impuestos.

Se estima al decir de los inspectores de ATER que la recaudación será para asombro de propios y extraños.

– El Observador – Eldisparadoruruguay.com.ar.  el extraño que llama la atencion

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