FIESTA SI O FIESTA NO

No hace falta ser muy ducho para interpretar que la intención del Sr. Intendente, a todas luces quiere que la Fiesta de la Playa 2025 se realice.

Seguramente si hiciéramos un plebiscito, la ciudad en su conjunto, más allá que concurra un mínimo porcentaje de habitantes, votaría a favor de su realización.

Pero la cuestión no pasa solo por las intenciones, sino por los costos que genera y a cuanto se eleva la inversión. CON LA NUESTRA ES FACIL.

Ahora si nos ponemos a calcular costo/ beneficio tal vez el resultado puede llegar desde lo político beneficioso, pero no desde lo económico.

El saber los resultados del balance de la última fiesta 2024, todo hace suponer por más que la comisión se guarde el informe y el propio intendente “violín en bolsa ” no diga una palabra, las perdidas han sido ” generosas ” ocupando un término adecuado al sentir popular. Una oposición inexistente.

Para la venidera ya se ha adelantado el calendario,  y sus noches no son tantas como en otras oportunidades.

Este acontecimiento a diferencia de otras tiene como desventaja, la situación económica que vive el país y nuestra ciudad no es la excepción.

La pregunta del millón radica, en el valor que se debe fijar la entrada y relación a los números artísticos que se pueden contratar.

Puede hoy una familia clase media y clase media baja hacer frente a una localidad de $ 10.000 como mínimo???, no decimos que es mucho ni que es poco, solo preguntamos si está en condiciones de distraer ese importe.

Sabemos que los grupos musicales cobran en moneda extranjera en su mayoría y no todos son convocantes para todo público. Y aquí surge la segunda cuestión no menos importante: a que segmento etario debemos ” apuntar ” para lograr el mayor número de asistentes .Hay grupos que son de preferencia familiar, como el caso del grupo santafesino ” Los Palmeras”, pero si uno realiza la consulta la mayoría ya está “cansada” de su actuación.

Por el otro lado la oferta apunta a grupos de actualidad con otro tipo de música, pero hay que reconocer que no son del agrado de la gente que supera los treinta años.

O sea, más allá de estar a favor de la realización del evento playero, está en encontrar complacer al público y convocarlo a presenciar y abonar el costo al ingreso.

Y aquí volvemos al principio de la cuestión, puede el municipio o debe el municipio invertir en una festividad para pocos. Se está en condiciones de solventar a pérdidas su realización. El pueblo puede y está en condiciones de pagar una entrada como mínimo de $  10.000.

Quizá sí y quizá no, pero también desde el DEM se deberá considerar si ese dinero a invertir, no está haciendo falta en los merenderos y comedores.

Sabemos de antemano que ayuda provincial ni nacional para la realización de eventos de esta naturaleza no van a llegar, por lo tanto como decíamos anteriormente TODO CON LA NUESTRA.

Apostemos a su realización, con números locales y solamente a alguno de atractivo nacional que esté al alcance de todas y todos, que deje feliz a la ciudadanía y no comprometa las arcas del municipio.

El Mirador – eldisparadoruruguay.com.ar

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