SOMOS MILITANTES

Este domingo 17 de noviembre los Justicialistas celebramos el “Día del Militante” o “Día de la Militancia” peronista, en conmemoración a la fecha del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras 17 años de exilio y proscripción. Fecha significativa para el Movimiento Nacional Justicialista, sumada a la del 13 de noviembre, donde se conmemora el Día del Pensamiento Nacional, en homenaje a Don Arturo Jauretche.

Por Juan Martín Garay (*)

Pensaba en Jauretche para este tiempo y me acordaba de sus reflexiones, como la que se relaciona con el arte. Para él, “el arte de nuestros enemigos es desmoralizar y entristecer a los pueblos. Porque sencillamente los pueblos deprimidos no vencen”. Y por eso Jauretche nos dice que “tenemos que combatir con alegría, porque nada grande se puede hacer con la tristeza”. Estamos en un cambio de época y debemos sembrar esperanza, con alegría. Como Justicialistas, hoy más que nunca tenemos que rescatar la figura del trabajo y de los trabajadores, porque debemos tener claro que nada fuimos, nada somos ni seremos, sin el Movimiento Obrero Organizado. A ellos les debemos nuestra existencia originaria y la permanencia a través del tiempo, máxime durante la proscripción y resistencia.

¿Qué es ser militante? 

Es básicamente llevar adelante un acto de Fe, prestar un testimonio de amor, de compromiso solidario con la Patria y con el otro. Tener vocación de servicio pleno, con la alegría de servir envueltos en una mística nacional. En el amplio espectro nacional y popular, militante es la compañera o el compañero que comprende, siente y practica la doctrina del Movimiento Nacional Justicialista desde el grado de pertenencia orgánica que se tenga a cualquiera de los sectores que comprenden el movimiento, como así también a cualquiera de las ramas del mismo.

Perón cuando le habla a la militancia, sintetiza que “así como no nace quien escape a su destino, no debiera nacer quien no tenga una causa noble por la que luchar para justificar su paso por la vida”. Eso es “el ser” de la militancia, alguien que le da sentido pleno a su paso por la vida, pensando en sus semejantes, con amor y pasión por una causa que entiende justa como lo es pretender la grandeza de la Nación y la felicidad del pueblo. El militante peronista siente con apasionada entrega lo que es ser leal a los principios rectores que dieron origen e identidad al Justicialismo.

Según enseña Perón, en nuestra práctica, la política en manos de la militancia implica estar atado a un compromiso ético que se basa en una escala de valores donde “primero está la Patria”, es decir las aspiraciones del conjunto respecto del bien común, la realización como país y la construcción colectiva de la nación; “luego el Movimiento”, teniendo a la organización como vencedora del tiempo para contener el esfuerzo conjunto de la militancia; y “por último a las Personas”, entendiendo así a las aspiraciones personales en donde nadie debe ser instrumento de la ambición de nadie y cada uno artífice de su propio destino. (Verdad Peronista N°8).

Mirar hacia adelante hablando en tiempo presente

A todos los militantes peronistas en nuestro día, les digo que sigamos creyendo en el destino argentino, en comprender la necesidad de organizarnos por la Patria, por el deber que tenemos de intentar la liberación nacional, luchando siempre por transformar la realidad. “No hay nada que sea más fuerte que un pueblo. Lo único que se necesita es decidirlo a ser justo, libre y soberano” dice Evita. No aflojemos y tengamos esperanza, tengamos Fe, tengámonos confianza en ese latir militante que surge de un pueblo que no olvida a quien no lo traiciona pero que tampoco perdona a quien sí lo hace.

Si queremos ser una válida opción que nuevamente despierte esperanza en la gente, debemos bregar para que todos los militantes nos movilicemos bajo un marco de inteligente unidad en la diversidad, con integración de todos los sectores y toda la dirigencia, sin descartar a nadie, pero con memoria, sin exclusiones ni sectarismos de ningún tipo, con preceptos claros y bajo un núcleo de coincidencias esenciales. 

En este cambio de época, en el inicio de un nuevo ciclo político, en “nuestro pago chico”, con el acompañamiento de la dirigencia con trayectoria y territorio, hay una nueva generación de dirigentes dispuestos a dar las discusiones que se necesitan por los próximos cinco períodos por delante, puertas adentro y puertas afuera, por el bien de todos, pero fundamentalmente en función de la gente. 

Militantes, lo nuestro es la gente, no lo olvidemos. Dirigentes, tampoco. A todos, ¡feliz día!

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