Creo haber contado que a los dieciocho años se me ocurrio contabilizar en cuantas casa habia vivido y resultaron ser once hasta ese momento.
Ocurria que mi viejo fue suboficial del ejercito y, a veces por traslados y otras por “conveniencia de alquileres”..nos mudabamos seguido.
Esa “rutina de mudanzas”, a veces del centro de una pequeña ciudad a la periferia y viceversa, nos hacia ser adaptables a “culturas” diferentes, solo en Rio Cuarto recuerdo haberme mudado en tres oportunidades y una mas al cercano pueblo de Holmberg.
Es asi que en los barrios perifericos yo era un “perro” jugando futbol y, en cambio, en los barrios centricos no deslucia (aunque era igual de “perro”, increiblemente la unica diferencia la hacia la “ubicacion geografica”).
Los primeros dias de “barrio nuevo”, mi vieja tenia por costumbre vestirnos a los mayores (el pelado y yo) y enviarnos a la vereda para “hacer amigos”.
Una vez estabamos con esa “mision” en la puerta de nuestra nueva casa y se van acercando los pibes del barrio, y encuentran a dos todavia “porteñitos”, vestidos con nuestras mejores “pilchitas domingueras”, nos miraban con cierto recelo ese 5 de enero del 59 habra sido..
Recuerdo que el mas grande (y el mas reo) me encara a mi, seguramente por ser el mayor y me dice:
– boludo, vos sabes quienes son los “reyes magos”..
Yo, que no me iba a dejar intimidar con algo que tenia tan facil respuesta, le conteste al momento:
– claro pelotudo, Melchor, Gaspar y Baltasar..
– no boludito, son tus viejos..
Por alguna sospecha que seguramente tendria resolvi no polemizar sobre el tema y atine a contestar con el mejor “tono sobrador” que pude articular:
– Ya sabia pelotudo..
De todos modos despues de dejar prolijamente acomodados el pasto y el agua para los camellos..me quede dormido antes de obtener ninguna evidencia directa sobre el tema.
En ese barrio obviamente fui un “perro” para el futbol, es mas creo que solo jugaba cuando la pelota era mía..
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