Cuando está el “avispero alborotado” es el mejor momento.
Me puse en la figura de aspirante a intendente y me pregunté a mi mismo que podría hacer.
Analice en detalle la última elección y me di cuenta que habíamos perdido en bastiones peronistas históricos.
Que la gente ya no se conforma con un plan social o un bolsón de comida diaria.
La gente necesita un tratamiento más digno y la única manera que estimo para hacerse escuchar, fue un voto castigo.
Quizá voto en contra de sus propios principios, de sus propios ideales, pero se hizo sentir.
Hoy por hoy con una gobernación que le viene dando espalda a la clase media y no logra en sus seis años el bienestar de los entrerrianos, solo para el 2023 nos espera una tensa derrota.
Los últimos actos de gobierno, sumados a la extensa lista de funcionarios cuestionados o por enriquecimiento ilícito o por maniobras con contratos truchos y o publicidad acordado con empresas o de familiares o de amigos y que este Sr. Gustavo Bordet, aun los premia en cargos importantes dentro de su gabinete, solo han logrado dinamitar al peronismo y su doctrina.
Pero todo no termina solo en estos hechos, sino que ante la oportunidad de llevar a un candidato ganador como José Lauritto, nos importa más condecorar a otros, que poco atraen al electorado.
Firmado el Vikingo