INTOLERABLE. LAMENTABLE E INSUFRIBLE.

No hay forma de calificar el accionar de los últimos días, de un adolescente, menor de edad que no termina de delinquir y sus actos son interminables, sucesivos y reiterados.

La justicia evidentemente  ya no puede más. Es entregado ni bien finalizan los trámites policiales y jurídicos a sus progenitores y a las horas vuelve a delinquir.

Esta problemática que envuelve a los padres de este incontrolable menor, es un llamado muy fuerte para toda nuestra sociedad.

No sabemos si este ” chico” concurre a la escuela por que no se han dado a conocer sus datos al respecto.Solo nos enteramos de sus incorregibles actos delictivos, uno a tras del otro con evidencias claras y contundente que a este joven no le importa nada.

Pareciera que su destino está escrito y nos preguntamos al respecto como sociedad y por qué no como padres, que podemos hacer.

Ya  es evidente que su familia poco puede hacer si es que intenta corregirlo.Llama muchísimo la atención que no acepta correctivos, no tiene temor por la polivia y en virtud de  que tras el acto delictivo que comete, la justicia se ve obligada de devolverlo a sus padres, todo le da igual.

Es lamentable que con tan poca edad no se pueda encontrar la manera de ” salvarle” ese destino cruel y sacarlo del camino que lo lleva en su mayoría de edad, a las unidades penales.

Podríamos decir que a esta altura de los acontecimientos y de su vida, algo podemos hacer.

Hay centros especializados en delincuencia juvenil, que tratándolo podría recuperarlo de esa seguidilla de actos vandalicos. Hoy son ” robos ” de menor cuantía más allá del acto en sí, pero si se naturaliza en el ese accionar, estos irán aumentando y creciendo hasta llegar a otros que lo condenen a una vida ” entre rejas”.

Ojalá se pueda hacer algo y nos equivoquemos.Por el, por sus padres y por la sociedad.

Eldisparadoruruguay.com.ar.  – Juan Carlos Botta

INTOLERABLE. LAMENTABLE E INSUFRIBLE.

No hay forma de calificar el accionar de los últimos días, de un adolescente, menor de edad que no termina de delinquir y sus actos son interminables, sucesivos y reiterados.

La justicia evidentemente  ya no puede más.Es entregado ni bien finalizan los trámites policiales y jurídicos a sus progenitores y a las horas vuelve a delinquir.

Esta problemática que envuelve a los padres de este incontrolable menor, es un llamado muy fuerte para toda nuestra sociedad.

No sabemos si este ” chico” concurre a la escuela por que no se han dado a conocer sus datos al respecto.Solo nos enteramos de sus incorregibles actos delictivos, uno a tras del otro con evidencias claras y contundente que a este joven no le importa nada.

Pareciera que su destino está escrito y nos preguntamos al respecto como sociedad y por qué no como padres, que podemos hacer.

Ya  es evidente que su familia poco puede hacer si es que intenta corregirlo.Llama muchísimo la atención que no acepta correctivos, no tiene temor por la polivia y en virtud de  que tras el acto delictivo que comete, la justicia se ve obligada de devolverlo a sus padres, todo le da igual.

Es lamentable que con tan poca edad no se pueda encontrar la manera de ” salvarle” ese destino cruel y sacarlo del camino que lo lleva en su mayoría de edad, a las unidades penales.

Podríamos decir que a esta altura de los acontecimientos y de su vida, algo podemos hacer.

Hay centros especializados en delincuencia juvenil, que tratándolo podría recuperarlo de esa seguidilla de actos vandalicos. Hoy son ” robos ” de menor cuantía más allá del acto en sí, pero si se naturaliza en el ese accionar, estos irán aumentando y creciendo hasta llegar a otros que lo condenen a una vida ” entre rejas”.

Ojalá se pueda hacer algo y nos equivoquemos.Por el, por sus padres y por la sociedad.

Eldisparadoruruguay.com.ar.  – Juan Carlos Botta

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