Cuantas veces nuestros padres nos advertían, cuando éramos “chicos”, no cruzar la vereda sin mirar a ambos lados de la calle.
Pareciera ser que este consejo el presidente del HCD no lo tuvo en cuenta.
Cruzo la vereda sin mirar y creeríamos un camión llenos “de negros peronistas” lo paso por arriba.
Se fue sin decir adiós del grupo político que lo vio nacer, que le dio la tarasca por más de quince años, a otra agrupación en la que se conjugan varios resentidos.
No le será fácil compartir con sus ex ni encontrar coincidencias.
Lo decíamos en notas anteriores caminar hasta el 10.12 será un trajinar difícil, máxime que de la traición no se vuelve.
Estuvo en la cresta de la ola, fue el nene predilecto de José Eduardo y por querer ser más papista que el Papa, se “emborracho” de poder y pensó que lo esperaba un futuro pleno de felicitaciones.
Es una lástima o tal vez no tanto, ya que “mostró la hilacha” y es preferible que se muestre tal cual es.
Eso pasa en muchos casos el poder y o los cargos hacen que el político demuestre y se presente de la forma menos pensada.
El poder como el champagne lo mostró tal cual.
Se subió al poni, tomó distancia del grupo y seguramente buscara nuevas oportunidades y nuevos horizontes.
Pero a donde vaya, ya sabrán como es.
Si tiene dignidad y hombría política debe renunciar a la presidencia del HCD, bajarse del estrado y armar el bloque que hoy lo diferencia de sus ex cumpas.
De aquí en más, estimado Dr. Ricardo Vales, no te cruces la calle sin mirar, puede aparecer otro camión de negros peronistas tocando el bombo.
Eldisparadoruruguay.com.ar. – Juan Carlos Botta