Esta vez contado en primera persona, no top secreto, una lección de comportamiento extremadamente leal, dedicado e altamente alcanza el grado de alchahuetismo puro.
Pero vamos a contar la historia, todos los viernes los muchachos y muchachas tienen una peña donde todavía la pobreza no se deja ver, solo asoma al horizonte.
El mismo personaje quien nos cuenta a tres personas a la vez su experiencia de la forma que se brinda por el otro, ese viernes justo viernes santo había comprado chorizos, matambre, tapa de asado, costillar de cerdo y ensaladas varias, una cena perfecta hasta incluido el postre, había pensado en todo los detalles este hombre que se hace llamar Conejito de Pascua.
Quieren que les explique por qué de mi sobre nombre, pues claro hombre ya que lo haces, que sea completo, bueno simplemente porque me gusta dejar un huevito en cada canasta independientemente de su rango político.
Organizado el hombre, la noche anterior tipo doce y media le suena el teléfono y de la voz del otro lado, habla amablemente alguien muy conocido, le dice acuérdese Conejito de Pascua que mañana es Viernes Santo y yo no como carne, rápido de reflejos le contesta si ya lo tuve en cuenta para usted comida sana, un buen plato de ravioles, ni bien corto se puso en contacto con una rotisería clásica de la ciudad y le encargo una bandeja de Ravioles abundantes de vigilia.
Un sobrenombre muy bien puesto.
Eldisparadoruruguay.com.ar. – Juan Carlos Botta