Estos días atrás Rodríguez Larreta acompañado por Gerardo Morales, actual gobernador de Jujuy visito Paraná; al solo efecto de caminar junto a Rogelio Frigerio los distintos barrios de nuestra capital entrerriana.
Evidentemente los últimos acontecimientos represivos para con el pueblo jujeño, hicieron que obtuviera un fuerte repudio de la izquierda unida, encabezada por la actual diputada provincial Nadia Burgos, quien encabezó la “mal venida a Entre Ríos”.
No solo por parte de la izquierda, sino que al rechazo a su figura, se sumaron los epítetos de Galimberti, actual adversario en la interna en contra de Frigerio, quien lo trató de traidor a los principios de la UCR.
No solo de traidor lo acuso Galimberti sino que le señaló que no era un jefe a quien se le debía respeto y verticalidad, sino un acomodaticio que siendo presidente nacional de la UCR, antepuso sus intereses personales y borro con el codo lo que escribió con la mano.
Pedro Galimberti fue mucho más allá en sus expresiones y le indicó a Gerardo Morales que no era quien para venir a Entre Ríos a indicar a quien se debería votar.
Además agregó Galimberti el preferir no juzgarlo, sino que sepa como hombre político honrar el valor de la palabra.
Hoy Gerardo Morales se calzo la mochila de la represión contra su propio pueblo, que no abandona la lucha y sigue en las calles riojanas protestando contra la reforma constitucional, aprobada por mayoría con el voto inclusive de PJ de esa provincia; lo que motivará su intervención.
Evidentemente a Morales con todo lo sucedido en su provincia bajo su orden, en contra de sus hermanos jujeños y de los pueblos originales, que viene sufriendo el castigo de la represión y la muerte, no le será gratis.
En cada rincón del país que visite, en esta campaña política como candidato a vice presidente, junto a Rodríguez Larreta, no faltara un argentino que se lo recuerde y aproveche la oportunidad para echarle en cara sus actitudes de señor feudal, anti democrático y represor.
Entre otras cosas expresó que “trabajo para posicionar la UCR y de pronto obtuvo el precio que pretendía, se unió al PRO y dejó para la oportunidad de reunir al partido centenario”.
“Sus ambiciones, dijo, derrumbaron lo que hubiera podido ser el resurgimiento de un radicalismo unido”.
El Observador – Eldisparadoruruguay.com.ar.