Imaginemos un hipotético y preocupante escenario después de diciembre, reflejo de las actuales encuestas. Escenario nacional donde el presidente de la nación y vice, más todos los Ministerios, esté en manos de los libertarios. Ejecutivos provinciales en manos del peronismo. Otros Ejecutivos provinciales en manos de radicales de Juntos x el Cambio. Y otras provincias en manos de otros movimientos. Municipios dirigidos por radicales, peronistas, vecinalistas. Y la ciudad Autónoma de Baires por el Pro. Todo este escenario representa una enorme ensalada política.
Por Alberto Ricci.
Parecería muy federal nuestro país. Pero (maldito pero), el tema es que la ensalada a veces produce flatulencia!
La flatulencia es un exceso de gases que produce espasmos. Serían “espasmos políticos” ocasionados del entrechocar de diferentes matices políticos e ideológicos en un mapa político argentino de estas características. Que se puede dar en caso de que no se firme por parte de sus representantes políticos un pacto implícito de gobernabilidad.
Está claro que no se puede gobernar solo. Donde la figura de Javier Milei y su ideología libertaria, aterrizaría solamente en la presidencia nacional.
Es la primera vez que dudo de la buena salud de la diversidad argentina en caso que el país venidero se de con un Milei presidente, donde los espasmos políticos surgirán sino se logra acordar el pacto mencionado para conformar un “coworking político” con todas las provincias.
Quedó reflejado la vulnerabilidad por cómo se atacan en campaña los referentes de los distintos partidos políticos en esta pre-contienda electoral. Insultantes entre sí. Y que se desnudó en el debate televisivo de los candidatos a vicepresidentes.
Ni hablar de la candidata de la oposición al gobierno, Patricia Bullrich, que con un dedo hacia arriba y amenazante, vocifera con soberbia desde un spot publicitario que quiere borrar de la faz de la tierra al kirchnerismo, por no decir peronismo. Olvidándose la señora Bullrich que detrás del peronismo hay más del 30 por ciento de ciudadanos, o sea millones de almas humanas argentinas que respaldan al movimiento peronista y todas sus actuales vertientes; y por lógica al compañero Massa.
Mientras tanto en el medio de esta controversias de la diversidad o ensalada política, los ciudadanos de a pie y con 40 años de democracia caminada, siguen reclamando que los alimentos dejen de aumentar en las góndolas; entre otros reclamos cómo mejor seguridad; salud; trabajo; etc. etc. etc. Si se da lo anticipado por las encuestas, convirtiendo esta hipótesis imaginaria que describo en una verdad, le deberé dar la razón al pensamiento francés de André Malraux (1901-1976), que dijo: “No es que los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen”.