Cuando el silencio impuesto por la veda invade, queda solo el candidato solo con sus pensamientos.
Ya está todo dicho y nada por hacer.
Se comienza con el reloj marcando segundo a segundo la hora de la definición.
Cada candidato desde su intimidad pensando que es ganador. Se juega para ganar y muchas veces la espuma de la victoria te hace sentir ganador hasta que llega la definición.
Solo las urnas te marcan el destino final.
Solo las urnas te van decir si el pueblo consideró tu apuesta.
Solo las urnas dirán cuanto acertado has estado en tus propuestas y cuanto no.
Ya no hay más nada para corregir ni agregar. Ya es tarde para todo.
Solo queda esperar la vos del pueblo cuando cada fiscal y cada autoridad de mesa comiencen a juntar voto a voto, quien ha sido el más elegido.
Los simpatizantes entran en la euforia final a diferencia del candidato que baja los brazos y quiere que las horas pasen rápido para escuchar el escrutinio final.
Los simpatizantes desde cada espacio harán el esfuerzo final y buscaran votante tras votante hacia el camino a las urnas. Todos y cada uno con ansias de triunfo y victoria.
Esto es así hasta la hora en que el recuento te diga la verdad y te demuestre lo que el pueblo eligió.
Todo el trabajo y las intenciones quedarán en cada uno de los sobres en donde el ciudadano, según sus ideales, según sus principios, según su identidad, según sus necesidades, según su rencor o empatía, según sus oportunidades, según su dignidad de vida lo conminen a elegir a tal o cual.
Habrá que esperar en largo domingo hasta altas horas de la noche, cuando la vos del pueblo, atreves del voto, diga quiénes serán los futuros gobernantes por cuatro años consecutivos a partir del 10 de diciembre; con una variante y o nueva alternativa en aquellos que la ley los obligue al ballotage.
El domingo se vestirá de fiesta. La fiesta cívica más importante para los pueblos democráticos y para la República.
Las calles serán testigos mudos de autos que van y vienen hacia las escuelas transportando al ciudadano que ya arreglo, para que lo busquen y lo lleven a votar.
Otros lo harán por cuenta propia, pero todos cargando en su mochila de sentirse ganador.
Gane quien gane se cumplirán 40 años de democracia en donde el pueblo se expresa y elige con su voto a quien estima como el mejor, para manejar el destino de su ciudad, provincia o nación.
Solo nos separan tres días para que se sepa la verdad.
Solo tres días.
El Observador – Eldisparadoruruguay.com.ar.
