Ha tomado estado público lo sucedido por una nena de 12 años, mayor de seis hermanitos a cargo de su mamá, que con intenciones de ayudarla en la compra de útiles escolares, concurre a un negocio del rubro, y sustrae una caja de marcadores y un par de lápices.
Nunca imagino que era observada a través de las cámaras de seguridad.
De ninguna manera podemos justificar el acto, ya que mucho o poco se trata de un robo.
Para nada podemos alentar este tipo de maniobras.
Pero los propietarios del negocio al observar de quien se trataba y ver que era apenas una pequeña de apenas doce añitos, hubiesen podido disponer de otro tipo de medidas.
Hacerle ver que lo que hacía estaba mal, que no correspondía, que era un acto delictual expresado de la mejor manera para que una niña tan inocente lo interpretara y lo pudiera comprender.
No fue así.
Llamaron a la policía y este organismo al no saber de qué se trataba, arribo al negocio con dos patrulleros, dos motos, y cinco policías de a pie que circulaban en el barrio.
Estos últimos armados y pertrechados como para ir a una guerra.
La nena, sorprendida comenzó a llorar y a pedir perdón.
De inmediato fue llamada su madre y se le explicó la causa para luego citarlo a la comisaría del barrio.
La nena insistía con pedirle perdón a los dueños del negocio como a su mamá y les explico a la policía que la noche anterior había escuchado a su madre decir, que este año no podía comprar la totalidad de los útiles escolares y pretendía ayudarla.
Dicho esto y narrado el acontecimiento queda a consideración de todos estimar el acto.
Por lo pronto vecinos de madre y sus niños, no tardaron en solidarizarse y abrieron una cuenta para recibir donaciones.
han sido centenares los aportes a la caja de ahorros de esta familia.
Pero volviendo al acto es cuestión propietarios de la librería montaron u show para reprimir a la nena, castigarla de alguna manera y lucirse ante el gran robo del ” banco”
Para satisfacción de la mamá sumamente carenciada y de todos, recibió apoyos.