Muy poco para comentar.
Cien días en donde muy poco aconteció.
No existe un vocero o un informe de prensa diario.
El municipio parece manejado con piloto automático.
Nadie recibe un parte con las novedades.
No queremos hacer de estos cien días nuestras críticas, porque no hay nada para criticar.
Transcurrió el verano y solo vimos lo acontecido respecto a la Fiesta de la Playa y estamos a la espera de los resultados.
Sigue como entonces sin haber control de tránsito.
Sigue como entonces con poca o escasa gente municipal en las calles.
Supimos del arreglo cuando el tiempo lo permitió del arreglo de algunas calles de tierra y el recambio de luminarias.
No se reemplazó a la Arq. Ana Almeida en la dirección del Cementerio. O seguirá,,,,,,,, porque los Elitistas y la casta siguen…
Del régimen de las cooperativas nada se conoce, por lo que se estima continuarán como entonces.
Como el secretario de Hacienda se ha tornado un cargo vitalicio, se desconocen los estados contables.
Banco Pelay se recibió en ruinas o peor aún y nada se dice.
ITAPE algo mejorado pero hasta ahí.
Cuanto habrá que esperar para que se encuentre que se piensa hacer????? Falta dinero para todo, pero al menos conocer alguna alternativa de cambio, de mejoras o algún triste proyecto.
El mensaje del Intendente ante los Concejales pasó desapercibido.
Nadie se enteró de nada. ´
Solo que se cumplió con lo establecido por la ley orgánica.
No se dio a conocer la planta de empleados y obreros que asisten en la municipalidad, para nosotros hacer el cálculo sobre el índice empleado por habitante de nuestra ciudad. Mutis total. No falta nadie ni sobra nadie.
O sea estos cien días, serán como realizan los boxeadores en los primeros round de una pelea pactada a doce; estudios y observar al adversario.
Con la condición que en esta pelea no se enfrenta con nadie sino, en como gestiona para conseguir plata y ponerle fin a muchas obras que dejo Oliva, para terminar y sobrellevar estos tres años y medio más.
Está claro, no hay plata, no hay obras, no hay nombramientos, no se mueve un ladrillo, solo se mantiene la casta laurittuana y son los mismos de siempre.
El Observador – Eldisparadoruruguay.com.ar.