Hemos visto estos días que una familia, en condiciones de extrema precariedad, sin tener donde ir a vivir opto por ocupar la garita sita frente al monumento a Néstor Kirchner.
En ese reducto de escasas dimensiones, que alguna vez fue construido para ubicar una guardia hoy las necesidades de una familia hicieron que en ese minúsculo y precario lugar se instalará para sobrevivir.
No solo eso, sino que a la “dueña de casa”, se la ve recorriendo el barrio del Puerto Viejo, solicitando ayuda para hacerse de algunos víveres.
Visita a la vecindad y expresa de antemano que no está pidiendo dinero, sino que requiere que le obsequien elementos para cocinar o comida para sobrellevar el hambre y el frío.
La necesidad y la falta de trabajo de alguna manera a empujado a esta familia primero a instalarse en una ” garita” para ampararse de la lluvia y la intemperie, y segundo a recorrer el barrio en busca de la solidaridad de los vecinos que le aportan algunos elementos para cocinar.
Esta situación es un TIMBRE PARA MARIANELA, que deberá acercarse y si no es ella sin dudas lo harán algunos de sus funcionarios a su cargo para conocer la realidad de esta familia.
Conociendo a Marianela no dudamos que prontamente se estará ocupando de esta situación que detallamos.
Este es sola una muestra de la realidad que seguramente están viviendo muchísimas familias. No debe ser la excepción estar sin techo y sin trabajo.
Como nunca muchos y muchas personas están en esta situación.
Hoy nos mueve y nos conmueve en virtud que sin vergüenza o quizás con muchísima vergüenza, esta familia solicita ayuda a los vecinos, que responde y colabora viendo la cruel realidad y necesidad.
Está en manos de Marianela la solución o al menos encontrar un albergue que le brinde una mayor comodidad a sus vidas.
