DICHOS QUE NO SON DICHAS

Muchas veces tendemos a confundir un ” dicho” con un “refrán”.

Mientras un dicho es casi una expresión popular y refrán es algo más arraigado en el verbo criollo y suele rimar.

En el acervo municipal por estos días, se entremezclan ambas expresiones y claro está, cuando proviene de una persona que ostenta autoridad, apunta a realidades cargadas de ironías que obviamente, no son “dichas”; tampoco placer sino hasta alcanzan severos o severas directivas, que apuntan al personal y su protocolo de trabajo.

Ayer veíamos luego de escucharlo reiteradamente ” quiero funcionarios de territorio y no más de escritorios”.

En definición les está diciendo a sus colaboradores ” muchachos salgan a caminar, metan los pieses en el barro”. Cristina no dejó pasar y les apunto directo ” necesito funcionarios que funciones; dicho esta que no se necesita mayor explicación.

Centro Cívico adentro, quien no recuerda ” corren para no llegar”. Seguramente puede estar extraído del fútbol, por aquellos que van y vienen queriendo hacer y no hacen nada, aplicado al DEM.

Otro, como aquel que socarronamente advertía, ” para descansar hay que estar cansado”. Si alguien a punto de vacacionar no lo entendió, podemos ilustrarlo al respecto. Este dicho es el más aplicado.

De los más sueltos y expresivo es ” piden ropa de trabajo, pero no trabajan”. Este tiene un alcance extra sindical, ya que por ley se les debe proveer al personal indumentaria acorde, pero en la redundancia de la palabra, no da para más; “ropa de trabajo”.

Todos de alguna manera están dirigidos al trabajador y su entorno, a sus méritos, a la holgazanería y a su aprehensión.

Allá lejos se decía o mejor dicho lo decía, que puso a la venta una rifa de una pala y un balde y no pudo vender un solo número y que pasados los días opto por rifar una  guitarra, y no le alcanzaron los números.

Así a diario se escuchan estos dichos que justamente no son “dichas”.

Por eso la célebre MAFALDA, decía “la haraganería es la madre de todos los vicios y una madre es una madre y al fin de cuentas hay que respetarla”.

Eso sí, usan celulares de mil dólares, que se apagan por arte de magia, a las 14 hs.

El que le quepa el sayo que se lo ponga.

El Observador – eldisparadoruruguay.com.ar

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