“Solo los partidos que no tienen más objetivo que el éxito aplauden a benefactores que los acercan al poder a costa de sus propios ideales”
La idea principal expresada por Hipólito Yrigoyen se centraba en la crítica a los partidos políticos que, en busca del éxito y el poder, se dejaban influenciar y beneficiar por aquellos que estaban dispuestos a apoyarlos a costa de traicionar sus propios principios e ideales. Yrigoyen abogaba por la integridad y la fidelidad a los valores políticos y éticos, rechazando cualquier tipo de compromiso que pudiera comprometer la autonomía y la integridad de un partido. Esta postura refleja su visión de la política como un medio para el servicio público y el bien común, en contraposición a la búsqueda desmedida de poder a cualquier precio.
Desgraciadamente, esto que advirtió Yrigoyen –a modo de crítica-, se terminó convirtiendo en la estrategia y el objetivo de gran parte de la dirigencia radical, que a cambio de migajas de poder, resignó sus principios y la representación histórica de la U.C.R. en el escenario político nacional.
La Unión Cívica Radical, tanto a nivel nacional como en nuestra provincia de Entre Ríos, siguiendo encuestas y con el análisis del humor de las redes sociales, resigno su representación social (que atraviesa a toda la sociedad) para acompañar proyectos o aventuras políticas ajenas y en muchas situaciones contrarias a sus principios históricos.
Elección tras elección se ha posicionado como furgón de cola, prestando su estructura y desarrollo territorial a personajes o partidos políticos efímeros, alejándose de sus bases de sustentación, para hoy encontrarse en una obscura incertidumbre sin saber claramente a quiénes representa y qué intereses defiende.
En Entre Ríos hemos vivido todo tipo de situaciones: desde la ausencia de candidaturas a gobernador, la renuncia a representación en la Legislatura hasta la pérdida de intendencias en ciudades importantes. Hemos caído en un silencio cómplice frente a la grave situación económico-social de la provincia.
Es el tiempo de que aquellos que seguimos defendiendo los valores históricos del radicalismo nos unamos y trabajemos juntos para recuperar el protagonismo innegable que el Partido ha tenido en el pasado y que debe tener en el presente. ¡Es momento de actuar y hacer que nuestras voces sean escuchadas!
Es hora de que la UCR resuelva la compleja y contradictoria situación de formar parte de una coalición que inicialmente se presentaba como opositora, pero que ha terminado mimetizándose con el oficialismo nacional cuya visión del país es absolutamente contraria a nuestra Doctrina, nuestra historia y nuestros principios.
Y en el ámbito provincial ocurre algo similar: la UCR se encuentra aliada a esa misma fuerza, aunque en calidad de partido cogobernante.
Se necesita un profundo y sincero debate para reposicionar al partido en el lugar de decisiones con la independencia histórica y no atado a mera conveniencia de quedar bien ubicado en la opinión pública.
Es necesario llevar a cabo un debate profundo y sincero para reubicar al partido en un lugar de toma de decisiones con independencia histórica, sin estar sujeto únicamente a la conveniencia de mantener una buena imagen ante la opinión pública.
Este grupo pretende aglutinar a la militancia radical que aspira ver no solo candidatos radicales en las boletas electorales, sino también programas y propuestas superadoras de la dualidad impuesta por ciertos relatos y que buscan instalarse como una batalla cultural.
Necesitamos del sacrificio verdadero. Necesitamos de la militancia de los ideales permanentes. De nada servirá la acumulación de apellidos. Seremos merecedores de gobernar cuando los Comités desborden de:
* Republicanismo, que respeta la división de poderes, la participación ciudadana y el respeto a las instituciones democráticas;
* Federalismo, que promueve la descentralización del poder y la autonomía de las provincias;
Democracia, que Aboga por la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas, defendiendo la libertad de expresión, el pluralismo;
* Igualdad, que busca garantizar la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, combatiendo la discriminación y promoviendo políticas inclusivas;
* Justicia social, en nuestras palabras, la CAUSA, que defiende la equidad y la solidaridad como pilares de una sociedad más justa, impulsando políticas que buscan reducir las desigualdades y promover el bienestar de todos los sectores de la población.
* Ética y transparencia en la función pública y en la gestión de los recursos del Estado.
Quizás los ciudadanos no lo sepan claramente pero eso que necesita la República Argentina y que la sociedad anhela es RADICALISMO.