PERON O MUERTE

El Justicialismo debate en estos días como pasar de ser un partido de oposición a convertirse en alternativa de gobierno.

La carta de Cristina marca algunos puntos que deben revisarse para devolver al PJ su espíritu fundacional.

Otros dirigentes plantean una actualización doctrinaria que revise aquellas premisas constitucionales para adecuarse a los nuevos paradigmas de la sociedad.

Por AGUSTIN BORDAGARAY

Este debate, profundo y re fundante, por cierto, tiene que realizarse con espíritu abierto y honesto, dejando de lado las ambiciones personales, las cuales, si bien son legítimas, por ahora asoman como desubicadas.

Esto es así ya que lo que está en juego es la permanencia o desaparición del partido de Perón y Evita del escenario político y que ello implique la dispersión de sus militantes y termine que algún grupo del momento se arrobe sus banderas, desplazando al movimiento.

En principio, no está mal que algunos, tomando con convicción los principios justicialistas, pretenda presentarse como una alternativa por fuera de la estructura partidaria.

Pero ello implica para el pueblo lo que pasa hoy, que llegue al poder un outsider que, ante la imposibilidad de llenar los casilleros del gobierno, recurra a alianzas de bolsillo que lo único que logra es formar un gabinete “clericó” con frutas de diferentes tipos y tamaños. Esta disfuncionalidad en la gestión perjudica las necesidades de la gente.

Es claro que el PJ está perdiendo la batalla cultural. A veces por responsabilidad de sus dirigentes y otras como resultado de un bombardeo cotidiano donde se nos intenta hacer creer que la “modernidad” no es compatible con una mejora en la calidad de la convivencia social y solo el esfuerzo personal es el que dignifica a las personas.

¿Revisar los principios?

Comencemos por acá.

Hace unos días, un dirigente de incuestionable trayectoria política habló de la actualización doctrinaria.

Puso como ejemplo el trabajo de los mensajeros, y contó que en una reunión con ellos le manifestaron su desinterés en tener un sindicato que los ampare.

Por ello concluyó que deben revisarse el rol y la subsistencia de los sindicatos.

Esto fue dicho en un foro justicialista y nadie se indignó, tampoco los sindicalistas presentes.

Uno de los principios fundantes de peronismo es el trabajador organizado.

Pensar que, para ser alternativa de gobierno, debemos declinar de la defensa orgánica de los derechos laborales y buscar la forma de “suavizar” las pérdidas de los mismos, que en algunos casos llegar a tomar la forma de esclavitud del siglo XXI, es a mi parecer, comenzar el camino de la autodestrucción.

Es verdad que hay sindicalistas que ayudan, con sus actos, al repudio de la sociedad. Pero no es menos cierto que existen y existieron compañeros sindicalistas que honraron el legado de sus gremios.

Sigamos por otro tema.

Otro importante dirigente, en el mismo sentido, dice que no hay que hablar más de Perón, porque las personas de hoy no lo conocieron. Propone por ello, hablar de nuevos temas.

Para analizar este párrafo sugiero revisar cuales eran los problemas que planteaban Perón y Evita.

  • La sociedad organizada.
  • Los derechos de las personas, en los planos sociales y laborales.
  • La defensa de los derechos de las mujeres, niños y ancianos.
  • La protección del ambiente.
  • La protección de las pymes.
  • El consumo interno como motor del desarrollo social y del crecimiento del país.
  • El corrimiento de la adhesión a los bloques hegemónicos en geo política y conformar una identidad propia en Latinoamérica.

Todos ellos son temas de relevancia actual, donde se polarizaron las posiciones entre quienes pretenden un estado eficiente y presente y los que piensan que lo mejor para la sociedad es que el estado desaparezca o se achique a lo mínimo.

Y no nos confundamos, dentro del peronismo co existen ambas posturas. Sino, veamos como votó el senado que el PJ militó y colocó en el sillón de los parlamentarios.

Sigamos conversando.

Como un aporte al debate, propongo que, en cada unidad básica, en cada consejo departamental, comencemos a leer a Perón, a Evita y desde la mano de sus premisas, podamos encontrar un mensaje actual, que reivindique aquellos valores universales, de cada al nuevo siglo.

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