Un llamado a la esperanza.  – (Inspirado en Santa Madre Cabrini)

Amable lector, hoy voy hablarles de un mensaje de fe en nosotros, en Dios, en el futuro, etc. Este mensaje esta lejos de anteriores escritos que muestran un día a día oscuro y desalmado. Vivimos en un mundo donde muchos gobiernos dan la espalda a los más frágiles —migrantes (indocumentados) empujados al peligro, familias que pasan hambre, niños olvidados—, es fácil sentirse abrumado. La indiferencia de los poderosos parece un muro infranqueable. Viendo la película en Netflix “Una mujer italiana” que relata la historia de Santa Francisca Javier Cabrini, una mujer de apenas metro y medio de estatura pero con una fe gigante, nos grita: “No teman. Con Cristo, lo imposible se hace camino” me inspiro a realizar este escrito.

1. “El mundo es pequeño para quien sueña en grande” (frase celebre de la Madre).

Madre Cabrini llegó a Estados Unidos en 1889, sin dinero, sin hablar inglés, y encontró una Iglesia que dudaba de ella y un gobierno que ignoraba a los migrantes italianos. “Usted no es bienvenida aquí”, le dijeron. Pero ella no se rindió. Fundó escuelas en barrios pobres, hospitales donde nadie iba, y hasta cruzó el océano 30 veces para servir. Hoy, su legado vive: sus obras siguen en pie, y su canonización probó que Dios prefiere a los pequeños que confían en Él antes que a los poderosos que gobiernan sin amor.

¿Nuestro hoy? Las noticias hablan de fronteras cerradas, de aranceles exorbitantes, de discursos de odio, de políticas que dividen. Pero como Cabrini, nosotros somos los soñadores que no aceptan “no” como respuesta. ¿Cómo?

– Si el gobierno no actúa, nosotros sí: donando tiempo en albergues, enseñando a niños migrantes, exigiendo justicia.

 Si las leyes son crueles, nosotros seremos compasivos: acompañando al deportado, dando trabajo al recién llegado, siendo familia para el solo.

2. “No mires los obstáculos; mira a Cristo”

Santa Cabrini decía: “Todo el que sufre tiene derecho a ser amado, porque en ellos está Jesús”. Hoy, el sufrimiento tiene muchas caras:

– El joven que huye de la violencia y duerme en la calle.

– La madre separada de sus hijos en una frontera.

– El anciano abandonado porque “no es productivo”.

Frente a esto, la indiferencia es un pecado. Pero Cabrini nos recuerda: “No somos héroes, somos instrumentos”. No necesitamos poder político; necesitamos corazones valientes. Un plato de comida, una firma en una petición, una carta a un congresista, una oración en voz alta… todo cuenta.

3. “La esperanza es un deber, no un sentimiento”

En 2025, el mundo parece más fracturado que nunca. Pero la Madre Cabrini, que vivió guerras y pandemias, nos diría: “La oscuridad no puede vencer a la luz, aunque lo intente”. Ella fundó 67 obras en 35 años porque creyó en lo invisible.

Nuestra misión hoy:

– Ser puentes, no muros (como los gobiernos que levantan).

– Hablar de amor, cuando el discurso público es de miedo.

– Recordar que ningún ser humano es “ilegal” para Dios.

Conclusión: “El futuro es de los que aman sin calcular”

Santa Cabrini murió en 1917, en un Chicago lleno de pobreza. Pero hoy, sus hijas —las Misioneras del Sagrado Corazón— siguen en favelas, cárceles y campos de refugiados. Ella nos prueba que el amor es más fuerte que cualquier gobierno.

Por eso, hoy digo: No esperes a que cambien las leyes. Empieza cambiando una vida. Que tu casa sea un refugio, tu voz un altavoz, tu fe un incendio. Como decía la santa: “Si confías, Dios hará maravillas… pero primero, ¡camina!”.

El mundo que soñamos —justo, tierno, sin exclusiones— no lo construirán los políticos. Lo construiremos nosotros, con las manos en el suelo y el corazón en el cielo.

¿Estas listo para ser otro Cabrini en tu tiempo?

– eldisparadoruruguay.com.ar

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