
Camino por última vez Tecnópolis, ese gigante parque que me vio entrar cada mañana y me abrazó con sus enormes árboles y su sol radiante de verano
Dejo atrás el crudo viento de cada domingo que empujó consigo a miles de autos que hicieron fila para jugar con las matemáticas en vacaciones de invierno. Saludo al guardián Coloso que todavía me guiña un ojo cada vez que la noche lo enciende. Lloré el 29 de noviembre de 2015 cuando cerramos la quinta edición de “Ciencia, arte y tecnología” rompiendo un nuevo record de espectadores: 22 millones de personas respiraron Tecnópolis de manera totalmente gratuita. Prometimos “Futuro para siempre”. Nos prometimos un sueño eterno. Lo hicimos cartel, slogan